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Octubre, 2025

Impulsado desde el gobierno, el muralismo mexicano plasmó lo que intelectuales y artistas consideraban un país incluyente y moderno.

En la segunda década del siglo XX nuestro país transitaba los años posrevolucionarios. Álvaro Obregón había llegado a la presidencia en diciembre de 1920 y buscaba dar cauce a los ideales de la Revolución a través de un proyecto de reconstrucción nacional.

En consecuencia, designó a José Vasconcelos como titular de la recién creada Secretaría de Educación Pública y éste desarrolló un ambicioso plan que buscaba convertir a la educación en pieza fundamental para lograr la igualdad y la justicia social tan anheladas por los mexicanos.

Por ello, Vasconcelos incluyó al arte y la cultura en su proyecto de educación. De esta manera, convocó a diferentes pintores mexicanos a formar un movimiento, que representara en los muros de diferentes instituciones públicas, una nueva identidad nacional basada en el mestizaje de los pueblos originarios y la hispanidad.

Inicia el muralismo mexicano

El proyecto fue financiado por la Secretaría de Educación Pública y diseñado con la colaboración de los pintores Diego Rivera, Jean Charlot, Xavier Guerrero y Amado de la Cueva. Cabe señalar que la iniciativa no era nueva, pues fue retomada de un plan original de Gerardo Murillo, Dr. Atl, quien, en 1910, había agrupado a varios pintores para intervenir los muros de diferentes edificios públicos, pero estalló la guerra revolucionaria.

El Dr. Atl es considerado el iniciador del muralismo mexicano

De igual forma, varios especialistas coinciden en que la primera obra del muralismo mexicano fue El árbol de la Vida, pintado en 1921 por Roberto Montenegro en lo que fue el Ex Templo de San Pedro y San Pablo (hoy Museo de las Constituciones).

Edificios emblemáticos del movimiento artístico

Asimismo, otros murales se realizaron en lo que fue la Escuela Nacional Preparatoria (hoy Antiguo Colegio de San Ildefonso) donde artistas como Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, Jean Charlot y Fermín Revueltas, entre otros plasmaron su talento artístico. Considerando este recinto como La cuna del muralismo mexicano.

Elementos en común del muralismo mexicano

Hay que mencionar que, si bien todos los pintores participantes fueron aglutinados en un solo movimiento, este no fue homogéneo pues cada artista plasmó temas de su interés particular; usando técnicas y estilos singulares.

Quizás el único rasgo unificador fue la monumentalidad de las obras y la representación de grandes temas como el progreso o la historia de México.

El fin del movimiento pictórico

Con el cambio de gobierno en 1924, el colectivo perdió fuerza, aunque en las siguientes décadas, algunas instituciones gubernamentales siguieron invitando a los artistas a plasmar su creatividad en muros de edificios públicos, como en el Palacio de Bellas Artes donde fueron pintados 17 murales entre 1928 y 1963 por siete artistas. Igualmente, en la década de los setenta fueron creados más murales, pero realizados por iniciativas individuales o privadas.

Algunos estudiosos consideran al muralismo mexicano como el movimiento artístico más importante de México. Lo que es un hecho es su trascendencia a nivel nacional e internacional, hoy por hoy, a más de un siglo de su gestación, la plástica mexicana de esos años sigue dando cara y cuerpo a la identidad de los mexicanos.

Español / Inglés

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plasmó / reflected
transitaba / passed through
titular / director
anhelaba / longed for
mestizaje / miscegenation
estalló / broke out
coinciden / coincided
cuna / birthplace
aglutinados / binded together
rasgo / feature
perdió / lost
estudiosos / scholars
plástica / identity

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