Es una festividad que se celebra en la ciudad de Huejotzingo (Puebla, México), como parte de las celebraciones que marcan el inicio de la Cuaresma en el calendario ritual católico. Se celebra desde 1893. Este famoso Carnaval inicia el fin de semana anterior al Miércoles de Ceniza y culmina el martes. En él participan alrededor de dos mil personas que se disfrazan con máscaras, túnicas, gaznés, tocados de plumas, escudos y fusiles para transformar las calles del pueblo en un enorme escenario y representar en él, tres episodios que han marcado la historia de Huejotzingo.
Para su representación, se forman diversos batallones que darán vida a la batalla de Puebla. El ejército invasor se compone de zuavos, turcos y zapadores; mientras que el victorioso ejército mexicano está conformado por los indios serranos y zacapoaxtlas. Ambos bandos se enfrentarán en una dura batalla, disparando sus mosquetes cargados con pólvora, que entre la humareda y el estruendo que provocan, dan un gran realismo a la escena. Sin embargo, la historia ha dicho ya cómo acabará este enfrentamiento: los franceses tendrán que sufrir, como cada año, su tradicional derrota.
Otra historia que se presenta es la del bandido, héroe, leyenda y, en algunos sitios, hasta santo, Agustín Lorenzo; personaje del siglo XIX que se robó a la hija del corregidor de Huejotzingo. La historia o leyenda de Agustín Lorenzo también está rodeada de elementos de gran espectacularidad. El bandido llega a caballo entre música, cohetes y tiros al pie del Palacio Municipal. Después de haberle enviado una carta a su amada con uno de sus ayudantes, el mismo Agustín Lorenzo sube por una escalera de cuerda hasta el primer piso del edificio y ayuda a descender a su futura novia, ya vestida de blanco, concretando así el rapto e iniciando la persecución.
El tercer episodio que se representa durante el carnaval: un matrimonio indígena que simboliza la primera unión que se realizó en este lugar bajo el rito católico. Sin embargo, la historia de los prófugos amantes no ha terminado: alrededor de las tres de la tarde, un sacerdote une en matrimonio a Agustín Lorenzo con la hija del corregidor; pero la leyenda no tiene un final feliz: la historia culmina cuando algunos soldados disparan e incendian la choza en la que supuestamente se encontraba la mítica pareja.