Sin lugar a dudas uno de los dulces preferidos de los niños y de todos, en general, ha sido el chicle, muchos nos hemos divertido creando bombas, saboreándolo o simplemente mascán-dolo para distraernos un rato, pero ¿sabías que el chicle es de origen mexicano?
Así es, la aparición del chicle surge en México y su historia se remonta a la época prehispánica, pues tenía gran importancia para la cultura maya y azteca y era utilizado, principalmente, para limpiarse la boca antes de las ceremonias, mitigar la sed en época de sequía y aumentar la salivación. La palabra chicle proviene del nahua tzictl que significa resina pegajosa y del maya sicté ya’, que significa masticar con la boca.
Es en el estado de Quintana Roo, la zona maya, donde nace el chicle. Pues, en sus bosques tropicales crece el chicozapote, el árbol del cual se obtiene la resina con la que se fabrica. Si bien, la goma de mascar surge en este lugar, el árbol chiclero crece también en el resto de Sudamérica.
En la época de la colonia, el chicozapote se introdujo en Filipinas a través del Galeón de Manila y, actualmente, crece de forma abundante en otros países asiáticos como Bangladesh, Indonesia y Malasia. Cabe mencionar que este galeón unió a Asia, América y Europa hasta 1815.
En la actualidad la producción chiclera se hace de forma industrial con derivados del petróleo; aunque todavía hay comunidades que luchan por mantener viva esta tradición maya, quienes elaboran el chicle de forma similar a la que se hacía antes de la colonia, de manera orgánica y lejos de los plásticos.
¿Cómo llegó el chicle de México al mundo?
Además de las exportaciones del árbol del chicozapote al continente asiático, la historia nos cuenta que en un principio el general Antonio López de Santa Anna le ofreció una tonelada de resina de chicozapote a Thomas Adams, quien la compró con la finalidad de sustituir el caucho con esta resina, para crear neumáticos; pero la sustitución no funcionó y Adams al enterarse que Santa Anna mascaba esta resina, tuvo una excelente idea, venderla como alter-nativa de la parafina, que en ese entonces era utilizada como goma de mascar. De esta manera, en 1871 se empieza a comercializar bajo el nombre de Adams New York Chewing Gum, y cuatro años más tarde de su aparición se le agregó jarabe de arce y regaliz, para mejorar el sabor. No obstante, su venta se popularizó a nivel mundial durante la Segunda Guerra Mundial, esto debido a que a los soldados estadounidenses se les suministraba una ración de chicle que vendían a los lugareños.
Algunos de los beneficios de mascar chicle:
El consumir chicles orgánicos nos ayuda a mejorar la concentración, reducir el estrés y la ansiedad. Además, estimula la producción de saliva que nos ayuda a neutralizar el ácido de alimentos y bebidas, por lo cual disminuye la acidez estomacal e inhibe los microorganismos que producen la caries.
Actualmente, se utilizan como terapia en pacientes adictos al tabaco, por lo que funcionan como ayuda para dejar de fumar y si lo que te interesa es adelgazar mascar chicle reduce el apetito al estimular una sensación de saciedad.