Los insectos forman parte de la dieta de millones de personas. En la actualidad, cerca de 2 mil millones de seres humanos consumen insectos, principalmente en regiones de Asia, África y América Latina, sobre todo en nuestro país. El consumo de estos animalitos complementa la alimentación humana desde épocastimes remotas, mucho antes de que se desarrollaran la caza y la agricultura.
Comer insectos —hábito que se conoce como «entomofagia»— proporciona proteínas y nutrientes de alta calidad, en comparación con el consumo de carne y pescado. La mayoría de los insectos, además de ser ricos en fibra, aportan micronutrientes como cobre, hierro, magnesio, fódforo, manganeso, selenio y zinc.
En el mundo se consumen más de 1,900 especies de insectos comestibles y la mayor parte se recolecta en los bosques. Su sabor no es muy diferente del de la carne tradicional, así que no hay razón para no probarlos. Los más consumidos y nutritivos son: chapulines, jumilesare, escarabajos, gusanos de seda, orugas, abejas, avispas, hormigas, saltamontes, langostas, grillos, cigarras, cochinillas, chinches, termitas, libélulas y moscas. Puedes encontrarlos en platillos como quesadillas, pizzas, tacos, sopas, salsas, hamburguesas o sólo tostaditos.
Existen 549 especies de insectos comestiblesedible en México, y la cantidad de personas que consume insectos es mayor que en cualquier otro país del mundo. Durante el siglo XVI —en tiempos de la Nueva España—, el cronista y misionero franciscano fray Bernardino de Sahagún investigó y describió ampliamente el consumo de insectos como parte de la cultura gastronómica de los antiguos pueblos prehispánicos, encontrando gran variedad de platillos saludables, como los escamolesedible larvae —larvas de hormiga que se comen fritas, en mantequilla, en mole, en barbacoa o con huevo.
En el México de hoy, las especialidades son los chapulines como botana —con sal, limón y chile— o en tostadas, los tacos de gusano de maguey y los tamales de ahuautle —el huevecillo comestible de las chinches.